Preparando una sorpresa a mi pareja
Dicen que la necesidad agudiza el ingenio y de eso trata esta historia.
Mi marido es un gran amante de los quesos, de hecho, a veces le llamo ratón. Una vez le puse un trozo de queso en el suelo, como si se hubiese caído de la mesa, al cual até un hilo de nailon. Yo estaba pendiente del hecho desde la cocina. ¿Qué hizo mi marido? Ir corriendo a recoger el trozo de queso que yo había puesto como trampa a mi “ratoncito”, jajajaja. Cuando fue a cogerlo tiré del hilo y… ¡¡qué risa Dios mío!! Los dos muertos de la risa en el salón. ¡Ya había cazado al ratón que tenía en casa! pero esta es otra historia.
Llegaba el cumpleaños de Javi, mi marido, y por aquellos entonces acabábamos de montar un negocio y todos nuestros ahorros los invertimos en él. Así que no había suficiente dinero para hacerle un gran regalo. ¿Qué hago? ¿Qué le preparo? Me puse un presupuesto de 25 a 30 euros, así que si no tiraba de mi imaginación y de mi creatividad no podría impresionarlo mucho. Me puse a pensar y varios días después… ¡Pin! ¡Se me ocurrió! Lo llevaré a una ruta del queso por Asturias. Pero… ¿Cómo? Me preguntaréis, ¿con ese presupuesto?
Busqué en internet y encontré una tabla de selección de 6 quesos asturianos, (riquísimos por cierto), que me costaron 15 euros. Ya sabía, por la foto que venía, qué 6 tipos de quesos eran, así que me puse a buscar información sobre ellos. Averigüé cómo se elaboraban, de qué tipo de leche eran, de dónde provenía su nombre, cómo había que degustarlos…etc.
En un folio hice la presentación de cada queso, con su imagen correspondiente y toda la información recogida en mi trabajo de investigación sobre los quesos asturianos, (por supuesto con una presentación impecable que llamase la atención). También compré una botella de vino, ½ kilo de las famosas fabes asturianas y por supuesto una cuña de cabrales (su preferido).
Ya tenía los ingredientes para la ruta del queso, que por supuesto sería por nuestra casa. Ahora tenía que preparar el escenario y todo lo que se me ocurriese para que fuese la mejor ruta del queso que viviéramos los dos juntos.
Preparé carteles que puse desde la escalera del portal, para cuando llegase de trabajar. En los carteles ponía: “Hoy realizaremos un viaje juntos”, “Tan sólo tendrás que utilizar tu imaginación”, “iremos a verdes prados, a un lugar de ensueño”, “degustaremos grandes manjares”…
En cada habitación de la casa puse una mesita con dos copas, algo de decoración y dos tipos de quesos con su información correspondiente.
Puse una tela en la puerta de casa con un cartel enorme que decía: “Bienvenidos a Asturias”. Cuando abrió la tela allí estaba yo, vestida de asturiana (con pantalón de pana negro, camisa blanca, una tela roja por la cintura y unas calcetas blancas hasta la rodilla). Cuando me vio, su cara se iluminó… ¡no daba crédito!, ¡lo que nos reímos los dos! Le dije: “aquí tienes tu traje, vístete que nos vamos a Asturias”. Una vez los dos estábamos disfrazados, pasamos a la primera sala. Allí le tenía preparada una grabación de voz y posters de montañas y paisajes asturianos. Una grabación con mi voz, dándole la bienvenida a la ruta del queso y dándole información sobre esa maravillosa tierra.
Íbamos pasando por cada sala, los dos vestidos de asturianos, con nuestra copa de vino en mano, nuestra música y degustando con mucha ilusión y entrega cada queso. Tengo que decir que saben mucho mejor cuando tienes tanta información. Lo leíamos en alto y lo probábamos.
Como colofón le dije: “he reservado mesa en un restaurante para degustar las famosas fabes” (yo las había preparado el día anterior y las puse en remojo debajo de la cama para que no descubriese nada), y de postre su manjar favorito, su queso de cabrales. Allí que íbamos los dos totalmente metidos en el papel hacia el restaurante (la cocina). Y es que si puedo decir algo de esta historia, es que es alucinante jugar con la imaginación.
Fue una aventura apasionante, llena de risas, de ingenio, de amor, de agradecimientos. Me quedo con las palabras de mi marido: “Cariño, muchas gracias por ser como eres, gracias por todo lo que he disfrutado junto a ti, por prepararme esta gran fiesta y acordarte en todo momento de mí. Te aseguro que esto no lo olvidaré jamás. Te quiero mucho”.
Terminamos los dos emocionados dándonos un gran abrazo y queriéndonos… ¡el doble! Y sí, ahí es donde comenzó nuestro juego de sorprender al otro… el siguiente me tocó a mí. ¡Ya os contaré!.
Espero haberos dado algunas ideas para que empecéis hoy mismo a sorprender a vuestras parejas. ¡Suerte!.
www.regalosdirectosalcorazon.com
muy bonito cielo asi se hacer como no tengo pareja no puedo hacerlo jajja
Gracias amor, aunque no tengas pareja ¡¡ya tienes ideas para cuando la tengas! jajjaajja
En realidad es un post agradable, útil y bonito. Me siento agradecido de que compartas esta información con nosotros. Por favor continúa así. Gracias por tu participación.
Me encanta la idea de sorprender a tu pareja con pequeños detalles !!! pero algún regalito también es valorado no creen? Buscando un poco, encontré este sitio que se especializa en regalos para toda ocasión. Si pueden dar un vistazo http://www.giferent.com
¡Nos alegramos! Un placer y gracias por tus palabras…